lunes, marzo 06, 2006

Rebajas

Las rebajas están llegando a su fin y sin embargo para mi acaban de empezar.

El pasado miércoles me dirigí al Hospital a recoger mis dosis de Enbrel. Me había quedado sin y me tocaba pincharme al día siguiente. Tras cerca de media hora dando vueltas por el parking en busca de un sitio donde aparcar, finalmente conseguí estacionar y raudo me dirigí hacia el edificio policlínico donde está situada la Farmacia. Al bajar las escaleras vi que había bastante cola; habituado a pasar por alli cerca de las 2, a las 11 de la mañana el Hospital está en pleno trasiego y hay más gente. Esperé mi turno y al llegar a la ventanilla y entregar los papeles que me autorizan a llevarme de alli unos cuantos kits de poción mágica Enbrel, cuál fue mi sorpresa al encontrarme con la siguiente respuesta: "Siéntese allí un momentito que tenemos que hablar con el médico". Así, sin más, obedecí las instrucciones de la dependienta. Me preguntaba - "¿qué está sucediendo aqui?"-. Mientras permanecía alli sentado, contemplando a los pacientes cómo recogían todo tipo de fármacos para sus dolencias personales, esas que les han tocado en suerte, mi mente barajaba sin cesar los motivos que podían explicar aquel contratiempo.

Algo confuso llegué a pensar, seguramente guiado por el miedo a los fantasmas del pasado, que tras mi último análisis con todos los parámetros en orden y con una vida bastante normalizada, la Sanidad pública había decidido que Miguel ya estaba curado y no necesitaba seguir costándole al presupuesto un pellizco mensual.. ¿Paranoia? Seguramente, pero no conseguía explicarme la razón por la cual, lo que hasta entonces había sido una cuestión de segundos, esta vez se estaba convirtiendo en una espera. Una espera que no es como cuando esperas a un grupo de amigos con los que has quedado y llegan tarde (aún más tarde que tú) o como cuando esperas en la cola del cine para entrar a ver esa película mientras te comes unas palomitas, o la espera a las puertas del recinto donde vas a ver ese concierto que llevas tanto tiempo esperando, no. La espera en un hospital es diferente, con todas esas personas vestidas de verde y con esos zuecos blancos de puntitos que sólo verlos ya te pones nervioso.

Tras unos minutos largos en los que ante la ventanilla de la Farmacia fui un signo de interrogación sentado en unos asientos de plástico marrón, finalmente la dependienta, vestida de blanco y también con zuecos (cómo no), salió de su "garita" y se dirigió hacia mi. La incertidumbre, junto al gran tamaño de la boticaria, me creó una sensación de terror absoluto. Me quedé clavado en la silla, contemplando cómo aquella señora se dirigía hacia mi, aterrado y ya a merced de la situación, abierto a cualquier cosa que pudiera explicar aquel imprevisto. Finalmente llegó ante mi y me dijo: "Espere aqui, no nos queda Enbrel de 25mg, han traido los nuevos, que son de 50, y hay que hablar con su médico, estos se pinchan una sola vez por semana, sólo por eso, ahora cuando le diga pase a hablar con la doctora".

"Ah muy bien, gracias" le dije. Me levanté y, dando vueltas como aquel pobre oso polar del zoo, esperé mi turno para hablar con ella, con la farmaceútica. No sabía muy bien cómo tomármelo. Estaba contento claro, desde la primera vez que pisé la Farmacia, la doctora me habló de un nuevo kit que tendría que salir, para reducir los pinchazos por semana y facilitar así un poco más la vida. Ahora, de pronto, me encontraba con el esperado avance y aunque estaba contento me preguntaba cuándo tendría que pincharme, si la efectividad era la misma de los pinchazos cada tres días... y en fin, ya se sabe, el hombre es un animal de costumbres. El caso es que pasé a hablar con la doctora, y me explicó que querían hablar con mi médico simplemente porque algunos doctores, a pesar de la nueva comodidad, preferían continuar con los 2 pinchazos a la semana. Me explicó que todo iba a ser exactamente igual que antes, el kit era idéntico y el pinchazo también, sólo que una vez por semana. Quedé con ella en que me pincharía el jueves como me tocaba y que a partir de ahí viese cuándo el cuerpo me pedía la nueva dosis pero con el obejtivo de volver a pincharme el jueves siguiente.

Y así hice, así que hoy lunes ya no me he puesto el pinchazo de los lunes, sabiendo que el jueves me metí 50mg y no 25 como antes. De momento la espera va bien, espero llegar al jueves sin problemas, más que nada porque es un día que me viene bien para seguir pinchándome, también ahora, con la nueva cadencia semanal. El pinchazo de 50mg es idéntico al otro, se me enrojeció un poco más la zona del "picotazo", pero por lo demás, no he notado grandes cambios. La aguja es del mismo tamaño, y también la inyeccción con el suero. La cantidad de polvo en el botecito parece tb idéntica, pero el caso es que lleva el doble y dura para una semana. Quizá al día siguiente del "chute doble" me levanté un poco más ojeroso de lo habitual (las drogas son las drogas..) pero nada más resaltable. De momento todo ok, espero llegar al jueves sin problemas, os iré contando.

Y esto era todo. Podía haberlo contando en 5 líneas pero he preferido el relato, para hacerlo un poco más interesante, es que si no estas cosas se quedan en nada..

Espero que os haya gustado la noticia, los pacientes de Enbrel podemos deshacernos de la mitad de los pinchazos, y es que 49 pinchazos menos son una buena rebaja.

Es tiempo de rebajas, es tiempo de Enbrel.

: )

Abrazos a todos!

Miguel