viernes, enero 21, 2005

Primera dosis de Infliximab

Aún recuerdo la emoción que me invadía cuando iba hacia el hospital.
Tanto tiempo (2 años y algunos meses)conociendo la posible solución a mis brotes de EA y por fin me la iban a inyectar.
El día anterior tuve la entrevista con la enfermera que me lo va a llevar. Una señora agradable hasta el máximo de esta expresión. Supongo que el hecho de trabajar en el ala de infecciosos (que es donde nos lo inyectan) hace que el factor humano de un medico/enfermero se desarrolle de sobremanera. Me contó las precauciones debía tener, asi como posibles efectos secundarios. No me dejé asustar por éstos, ya que si lees los del paracetamol y te lo crees, seguramente prefirieses sufrir unas horas más el dolor de cabeza. Al fin y al cabo, cada uno somos un mundo.
Allí me encontré a dos pacientes con Artritis Reumatoide que también se estaban inyectando Infliximab. Me contaron que sus experiencias habían sido completamente positivas. Además uno de ellos lleva en el grupo de Infliximab desde que empezaron a administrarlo en Valladolid, hace 4 años. Ella, que es una chica, no tenía más que buenas palabras para el medicamento. De hecho, le va tan bien que va ha empezar a espaciar aún más las tomas, ya que llega a las 8 semanas perfectamente según me contó. Las horas pasaron como minutos, ya que el buen rollete reinante en la sala hizo la estancia entretenida. Hablamos de nuestros casos, por supuesto, de comida de los hijos de la señora, de mis estudios, ... como si nos conocieramos desde hacía tiempo.
Tras 4 horas y media allí chupando del frasco, y con una comida más que decente que me dieron, salí del hospital. No se en que momento me di cuenta de lo que había pasado, pero los efectos fueron casi inmediatos. No me dolía la espalda, si la rodilla. Tosí y no me sentó como un martillazo en las costillas. Estornudé y no huba pinchazo en las vertebras. Me tropecé y no dolían a rabiar las caderas ... así que intenté correr ... bueno, no intenté, realmente corrí. Corrí y no había dolores ¡la misma tarde! corrí y rei durante por lo menos dos minutos. Tampoco era cuestión de sobrarse, que la maquinaria tiene que ponerse a punto otra vez.
Desde entonces, de vez en cuando me rio solo. Quiero decir reirme de verdad, de felicidad tan extrema que te sale la risa por encima de la sonrisa. Es una sensación increíble recuperar la vida normal, no se si podeis imaginar eso. Ta tropiezas y no tienes ninguna repercusión. No estás dolorido por un simple traspiés durante 3 horas. Te agachas a por algo al suelo sin apoyarte, sin pensar en una estrategia para luego recuperar la verticalidad sin problemas. Lo haces, y luego piensas "hay que joderse, si no me lo he planteado antes de hacerlo". Te levantas del sofá, y según das un paso te das la vuelta y te quedas mirándolo "hay te quedas, capullo", recuerdando como había sido ese movimiento hacía apenas 24 horas (pequeña incorporación, apoyarte en los muslos con las manos, y trepar con éstas para ayudar a la espalda, que sóla no puede) y no tienes más remedio que reírte. Una emoción indescriptible de felicidad que hace que alguna lágrima se deslice por tu cara mientras carcajeas. Lágrimas de felicidad por fin, no de dolor y sumisión ante la maldita EA.

A partir de ahí, la semana ha sido como un momento. Llego un poco cansado a la cama, el tobillo aún se me resiente un poco (lleva unos 18 meses inflamado continuamente, ya pensaba que era así). El miniquiste de liquido sinobial que me salió tras la operación ha desaparecido en 4 días, aunque la rodilla se me resiente un poco a veces. También lleva inflamada más de un año de continuo.
Me imagino que todo esto mejorará cuando acabe de estabilizar las tomas del Infliximab a 8 semanas, y aunque de momento no quiero hacerme demasiadas ilusiones, tampoco puedo evitar creer que voy a estar bien de contínuo.

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